LA FOBIA A HABLAR EN PÚBLICO



Todos como seres humanos, o al menos la mayoría, en algún momento de nuestras vidas hemos experimentado el miedo a hablar en público. El origen de esto pudiera ser el temor a quedar en ridículo frente a las personas, posibilidad la cual es totalmente comprensible.  Los síntomas más comunes experimentados al estar frente a un número no determinado de personas, van desde la sudoración en las manos, temblores en el cuerpo, agitación cardíaca, músculos tensos, rubor facial y en algunos casos hasta vértigos o molestias gastrointestinales, todo esto producido por la falta de control sobre las emociones al hablar en público. En algunos casos, una vez superado dicho reto la ansiedad y el miedo al hablar en público desaparecen debido a la práctica continua, pero en otros casos, es difícil superar esa primera vez, dificultando de esta manera futuros compromisos frente a una audiencia. 
 El miedo puede considerarse una defensa natural la cual nos ayuda a protegernos como seres vivos. Nos sirve para protegernos de cualquier amenaza externa que pueda significar un peligro para nuestra vida, como bien sabemos hablar en público no significa un peligro real que atiende en contra de nuestra vida, sin embargo el miedo en esas condiciones se activa por dos razones:

1. Porque nos enfrentamos a algo nuevo .

2. Porque sentimos miedo no al hecho de morir, sino al hecho de pasar vergüenza y ser el blanco de las críticas y de las burlas. Pese a esto, también sucede algo muy interesante con el miedo. Cuando el ser humano se expone en repetidas ocasiones a una misma situación aunque esta le haya provocado miedo en un inicio, éste se llega a perder. Si se repite el evento, cada vez nos daremos cuenta que tal situación no significa un peligro real, por lo tanto el miedo es injustificado y por ende el miedo llega a diluirse. Esto sucede también con la actividad de hablar en público, de hecho cada vez que lo hacemos bien, esto se convierte en una sensación de placer y de agrado. Cada experiencia positiva cuando hablamos en público va quedando en nuestra mente; de esta manera un evento el cual desde un principio percibíamos como negativo se convierte en una actividad a la cual le encontramos el gusto, así funciona el cerebro humano.

El miedo a hablar en público puede incluso afectar otros aspectos de la vida cotidiana, tal es al caso de la ansiedad generalizada (TAG). El hecho de desconocer las herramientas necesarias para superar ese miedo a la oratoria, puede hacer que éste aumente cada vez más. Resulta importante entender primero que para lograr convertirte en un buen orador, deberás aprender a tener dominio sobre tus emociones. El miedo escénico es una forma más de timidez social. Surge como consecuencia de poseer y sobre todo de cultivar pensamientos que limitan la actuación de la persona frente a un grupo de semejantes. Es evidente pensar que la práctica y la constante repetición influyen mucho en el control de la ansiedad al hablar en público. El cerebro humano es muy interesante: ante un evento nuevo y poco conocido nuestro cerebro nos alerta de ello bajo una sensación de mucha expectativa, si este nuevo suceso conlleva alguna especie de peligro o de riesgo, esa expectativa vendrá acompañada con alguna clase de temor. Sin embargo una vez transcurrido el evento pueden ocurrir dos cosas: si se sufrió una mala experiencia el cerebro confirmará y afianzará aún más ese temor. De otra manera, si fue una sensación agradable el cerebro almacenará tal evento como algo positivo, por ello aquí debe entenderse como el temor al hablar en público es algo subjetivo, no es algo objetivo. 

Las experiencias vividas ciertamente pueden tener una gran influencia en tu presente actuar, sin embargo, éstas no han afectado a tu autoestima, sino tu esperanza. En otras palabras: no tienes la esperanza de hacerlo bien en la siguiente ocasión porque anteriormente lo hiciste mal. Es tu esperanza en relación al futuro lo que se ve afectada. En cuanto al autoestima,  si tienes un rechazo a volver a hacer una presentación en público, es porque no deseas volver a pasar por un mal episodio, es decir no quieres verte mal ante los demás, y por lo tanto te cuidas a ti mismo, te sigues auto-valorando, la autoestima sigue vigente. Lo importante es cómo aumentar esa auto-protección, esa esperanza a ser valorado. Todas aquellas personas sometidas de alguna manera u otra a cierta disciplina física, llevan a cabo repetitivos entrenamientos, es decir practican tantas veces algún movimiento o cierto paso, que su cerebro realiza esa acción en modo automático; de igual manera así sucede con la oratoria y con tu presentación. Por lo tanto el ensayo es fundamental para que controlemos nuestras emociones en el discurso.

En cuanto a las causas, hay que tener en cuenta que todo temor, rechazo o miedo de hablar en público posee un denominador en común, y no es precisamente miedo de hablar ente los demás en sí el problema, es el miedo ante la posibilidad de hacer el ridículo frente a las demás personas, ahí es donde se encuentra la fuente del temor. Las principales causas del miedo a hablar en público son:

-No recordar el material en el momento justo de la presentación, bloqueo mental y en algunas ocasiones, hasta bloqueo físico. Es aconsejable no aprenderse de memoria nuestro discurso, pues correremos el riesgo de olvidar algún dato importante y así perder el hilo de nuestra exposición.

-El hecho de recibir una pregunta por parte del público y de la cual no tengas una respuesta certera.

-Dar información errónea respecto a tu tema. No tener esa certeza respecto al contenido el cual te encuentras exponiendo. A todo esto debemos añadirle factores personales, como una mala experiencia al realizar una presentación oral.

Para evitar encontrarte en estas situaciones, aquí se exponen cinco consejos para vencer el miedo a hablar en público:

1. Una de las mejores formas de aliviar la tensión ante una eventual presentación es prepararnos de la mejor forma, y no solamente esto, sino que además ensayar nuestra presentación tal y como si se tratase de la exposición real. Aquí es necesario mencionar que repasar el contenido de la presentación ahí sentado, no es practicar la exposición. Prepara, ensaya y practica tu exposición. Para ensayar la presentación como se debe, tendrás que hacerlo como si fuera ya mismo la exposición real, de hecho, si llegarás a tener alguna falta durante en tu practica aun así deberás continuar.  En la presentación real y final no podrás detenerte y volver a empezar.

2. Aceptar los nervios como algo normal. Este punto es muy interesante ya que usualmente los nervios no son realmente el problema. El problema verdaderamente se encuentra cuando se piensa que sentir nervios está mal y que no debería ser así. Muchos grandes expositores, aún con años de experiencia reconocen en su actualidad sentir algo de nervios cuando deben presentarse en público. Nuestro cuerpo nos prepara y nos pone más atentos cuando llega un momento importante o de gran expectativa, nuestro corazón se acelera bombeando más sangre y ello nos capacita para así dar un mayor rendimiento en lo que hacemos, nos ayuda a estar más atentos. Ponerse nervioso o sentir vergüenza no significa que tengamos miedo.

3. Respirar profundamente. Si bien es cierto que los nervios nos pueden ayudar, éstos deben ser controlados, y una manera de hacer esto es través de la respiración profunda. La respiración debe ser pausada, inhalando aire por la nariz y expulsándolo por la boca. Siente como con ello la tensión baja y el alivio entre tanto apuro, se comienza a asomar. Una buena respiración se siente en la boca del estómago. Recuerda respirar profundamente, especialmente justo antes de la presentación y sobre todo, en repetidas ocasiones; una y otra vez hasta que los nervios se hayan disipado.

4.Cambia tus pensamientos y tu actitud. Desde ahora deberás comenzar a ver la oratoria como algo agradable, como un factor positivo el cual te permitirá abrir muchas puertas en la vida, porque de hecho así es. En estos tiempos, quien habla en público tiene el camino libre para avanzar, independientemente de cual sea su sector, ya sea en el ámbito profesional, académico y también personal. Por ello, abandona todo pensamiento de fracaso; como bien se ha dicho en otras ocasiones:“Una presentación exitosa empieza mucho antes de iniciar la presentación”. La realidad, es que tus pensamientos previos al día de la exposición, tendrán ciertamente una influencia en la forma en como hablarás en público. Ésto no hace referencia a una especie de “poderes mentales sobrenaturales”, sino más bien al punto de mantener una actitud adecuada en relación al quehacer de hablar en público.

5. Recordar la sensación de éxito. Una vez que hayas tenido tu exposición y sientas esa grata sensación de haberlo alcanzado, recuerda ese momento y ese sentir para cuando debes hacer alguna otra presentación. Ese sentir te ayudará a reconocer, que hablar en público es algo para disfrutar, para inspirar y crecer. No se trata en lo absoluto de pasar un mal rato. Con cada experiencia positiva irás comprendiendo más y más, como el hablar en público se puede convertir en algo positivo en tu vida. 

 Por todo ello, debes enfrentarte al miedo. Debes ponerte de pie y empezar a hablar en público aunque tengas miedo. Ve y habla en público. La manera de derribar el miedo y hasta la fobia a hablar en público es igual a vencer cualquier otro miedo: enfrentándolo. Con el pasar del tiempo te darás cuenta como el miedo empieza a disminuir y deja de ser un obstáculo para alcanzar el éxito que buscamos.

A continuación un vídeo en el que se explican cuatro sencillos consejos para superar el miedo a hablar en público.

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